Durante toda mi vida, en las experiencias vividas y momentos compartidos, he confirmado que debemos encontrar un equilibrio entre cada uno de los aspectos de nuestra vida. Todos son importantes, no hay la menor duda; la familia, los amigos, el trabajo, etc. Pero, no sé si lo notaron, e omitido lo más importante, el “YO”. Y así como lo hice ahora, lo hacemos en todo momento, siempre buscamos hacer felices a otros, obtener cientos de bienes materiales para sentirnos mejor, o complacer a otros para ser aceptados en un grupo social, pocas veces nos enfocamos en nosotros mismos, por ejemplo, alguna vez te has preguntado ¿qué te apasiona?, ¿qué es lo que te hace realmente feliz?, ¿qué experiencias te gustaría vivir?, sin estar bajo estereotipos, ¿cómo te gustaría ser? ¿Qué te hace sentir cómodo?. Lo más probable es que no te hayas formulado esas preguntas, y si lo hiciste, ¿encontraste la verdadera respuesta?

 

Estas son preguntas que debes responderte a ti mismo, no es necesario que las compartas con alguien más. Tómalo más como un llamado o una invitación a que encuentres tiempo donde puedas estar contigo mismo, donde te consientas y te brindes todo lo que te mereces, un espacio donde puedas desconectarte de todo lo demás y ser, de alguna forma, LIBRE.

 

Si eres una persona trabajadora, entregada, que vive en una ciudad algo “caótica”, en la que constantemente estás expuesto a situaciones que te generan estrés, ¿Por qué no tomarte un espacio donde puedas descansar y “comenzar de nuevo”?

 

Date una mejor calidad de vida, has ejercicio, aliméntate saludable, comparte con las personas que amas, has lo que te apasiona, enamórate te ti, hazte regalos, consiéntete.

 

Solo… ámate.